¿eres un buen amigo mío?

entonces te alegras cuando algo bueno acontece en mi vida ¿verdad? cuando hace tiempo que no nos vemos, echas de menos esos encuentros esporádicos.
cuando en el messenger mi estado cambia a Conectado seguro que te complace, al igual que te llena de orgullo cuando en tu móvil tienes una llamada perdida mía. como buen amigo que te consideras, seguro sientes curiosidad por lo que pasó aquel día en el que acercarme a mi casa te suponía tanta molestia. pero bueno, para eso están los amigos, para no molestarse entre ellos. ¿no?
entre nosotros hay confianza, y por lo tanto el famoso “prométemelo que no se lo dirás a nadie” sobra en nuestro vocabulario, pero claro, tienes más amigos y ellos, también merecen saberlo.
tu discurso de que entre nosotros debemos apoyarnos y querernos tal y como somos, recuerdo, que te quedó muy bonito. lastima que en la práctica nunca encuentre soporte en ti, y que mis defectos te condicionen tanto.
no sé hasta qué punto he apostado por ti como amigo, puede que me equivocara contigo, o puede que en el fondo siempre he sabido que tú no vales una mierda. pero aquí me tienes, gastando horas en ti, en lo que significas para mí y contemplando la posibilidad de que sea yo el que se ha equivocado y por ello me deba disculpar.
sé lo que va a pasar, nuestros encuentros se distanciarán cada vez más, poco a poco sabremos menos el uno del otro porque simplemente no nos importa, y tras años de falsa hipocresía, nos abrazaremos con aparente efusividad y preguntaremos por asuntos banales que ni memorizaremos por no hacer un hueco en nuestra mente y para poder preguntártelo de nuevo en nuestro próximo inevitable tropiezo.

y eso pasará porque no somos verdaderos amigos, nunca lo fuimos. así que si quieres evitar molestias conmigo desde ya, puedes hacerlo, yo te estaré agradecido. porque a lo largo de nuestras vidas sólo vamos a tener un verdadero amigo, o ninguno. así pues te repito la pregunta:

¿eres un buen amigo mío?